lunes, 5 de marzo de 2012

A Cake in a Jar: Una nueva forma de comer tarta.

Ahí está. A Cake in a Jar





Estos días he estado haciendo de detective tratando de dar con la historia de esta estupenda manera de cocinar (y comer) tarta.
Lo primero que hice fue buscar en Google (¡Por supuesto!) y llegué a  una página americana de lugares con estilo para salir en Nueva York y Los Ángeles que habla de ello en 2008: Urban Daddy. Pero todo lo que decía era que lo hacían en un restaurante estupendo y maravilloso. Hummm... no me servía...

Como veis, el nombre es muy gráfico: A Cake in a Jar (Pastel en un tarro). Simple y llanamente.Así que me costaba creer que el invento viniese de un cocinero. Me sonaba más a ama de casa americana con niños corriendo por la casa y pensando que hacer con los 20 kg de harina que están a punto de caducar en su despensa.

Pues bien, ya que por primera vez en mi vida Google no me daba la respuesta que estaba buscando, cogí el teléfono, marqué el número de mi abuela en Iowa, volví a colgar porque me di cuenta de que allí eran las 3 de la mañana y esperé hasta la tarde para volver a intentarlo. A eso de las 8 de la tarde hora española pude hablar con ella y le pregunté si alguna vez había hecho un Cake in a Jar y si sabía de dónde podía venir esta técnica. Pues bien, a la primera pregunta contestó que no  pero me contó una pequeña historia para contestarme a la segunda:

En la Guerra de Irak, los pasteles metidos en frascos y herméticamente cerrados, eran enviados por las esposas de los soldados a sus maridos en el frente. De esa manera, llegaban frescos y jugosos. Y lo que es mejor: Podían guardarlos durante más tiempo que un bizcocho simplemente envuelto en papel de plata.

Cake in a Jar de Fresa, salsa de fresas y nata. Yo utlicé este tipo de tarro, pero se puede hacer con uno de conserva que tengáis por la cocina.

¡Vaya! Eso no me lo esperaba.

Con este dato volví a buscar en Google y encontré la historia que mi abuela me contó en el blog "Loving a Soldier" ("Amando a un soldado") y la entrada era de ¡2007!.
No me negaréis que no es una historia genial. 

La receta:
Bizcocho de Fresa: (Utilicé una receta que conseguí hace tiempo en Internet, ¡pero no recuerdo donde! e hice unas pequeñas variaciones)

  • 4 Huevos
  • 180  grs azúcar blanca
  • 40 gr de azúcar moreno
  • 200 gr de harina de trigo
  • 50 gr de harina de maiz amarilla.
  • 1 sobre Levadura
  • 50 grs aceite de girasol
  • 1 yogur Dalky de fresa y nata.
  • 250 grs Fresas
Trituramos las fresas y reservamos. En la batidora, mezclamos los huevos con el azúcar blanco y moreno durante unos tres minutos. A esta mezcla, añadimos el aceite y el yogur.
Separadamente, mezclamos las harinas con la levadura y añadimos a la mezcla líquida anterior.
Por último incorporamos el puré de fresa y mezclamos bien hasta conseguir una masa de bizcocho.
Y ahora viene la gran pregunta: ¿qué hacemos con el tarro? ¿Echamos la mezcla sin más?
No. Primero pincelamos el tarro con aceite para que no se nos pegue el bizcocho, le quitamos la tapa (para que no se estropee la goma) y entonces echamos la mezcla en su interior hasta un poco menos de la mitad. (Luego subirá, no mucho, pero subirá)
Preparamos una fuente de horno con agua hasta la mitad e introducimos el tarro para que se cocine al baño María en el horno precalentado a 180 º.
Dejamos que se cocine durante unos 40 min o hasta que el cuchillo salga limpio.
Esta receta da para dos tarros medianos. 

Como sólo tenía un tarro, el resto de la mezcla la utilicé para bizcochitos.
Cuando esté cocinado, sacáis el tarro DENTRO  del baño María y lo dejáis enfriar todo junto a temperatura ambiente durante un par de horas.

Cuando esté frío, entonces podéis añadir lo que os apetezca. En este caso, hice una especie de Coulis de Fresa sencillo, mezclando en un cazo 250 gr de fresas trituradas con tres cucharadas de azúcar y medio vaso de agua y dejándolo calentar lentamente sin dejar de remover, durante unos diez minutos para formar una salsa ligera que luego añadí al bizcocho cuando aún estaba templada para que lo empapase bien.

Por último, lo volví a dejar enfriar y le añadí nata montada y unas fresas enteras como adorno.

Lo guardé en la nevera durante seis horas para que todos los sabores se entremezclaran ¡y el resultado fue espectacular! ¡No dejéis de probarlo! Es dulce, sabroso, jugoso y ¡tan bonito!
¡Ah! Y se come dentro del tarro, con una cuchara. ¡Cómo si fuera un yogur!

Se pueden ver las capas del bizcocho, la salsa y la nata.



2 comentarios:

  1. ¡Y lo está! En la clase del sábado en La Cocinita de Chamberí, vamos a hacer otra modalidad para que vuestros niños puedan participar en todo el proceso. Va a ser muy divertido.

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